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¿Por qué decidí compartir mis conocimientos?

¿Cuántas veces pensaste “esto le puede servir a alguien” pero después no se lo contás ni a tu pareja? Un día decidí empezar a compartir mis conocimientos y en este artículo te cuento qué fue lo que me motivó a hacerlo.
¿Por qué decidí compartir mis conocimientos?
Photo by Gabriella Clare Marino / Unsplash

Me resulta un poco aburrido y redundante empezar este artículo diciendo: “En 2020 cuando llegó el COVID…”, pero esa es la verdad.

En 2020 cuando llegó el COVID muchas de las personas que me rodeaban empezar a caer en cuenta de la necesidad casi obligatoria de transformarse digitalmente. Algunas, por suerte entendieron también que eso no era solamente abrir una cuenta de Instagram, luego de intentarlo y que no les fuera bien. Y esa fue mi señal para entrar en acción.

Primero fue una consulta informal por WhatsApp, después mensajitos directos por Instagram, llamadas, y así hasta que recibí un mail que decía:

“Caro, necesito en serio que me des un curso, quiero pagarte, quiero que me ayudes a entender el mundo digital”.

Ese fue mi punto de partida. Ahí empecé con todo.

Durante toda mi vida profesional repetí incontable veces: “No, yo no sirvo para enseñarle nada a nadie”, y acá me ven, llevo 2 años ayudando a profesionales, marcas y organizaciones con entrenamientos, workshops y estrategias para afrontar esta transformación digital obligatoria.

Entonces, volviendo a la pregunta inicial de ¿por qué decidí compartir mis conocimientos? la respuesta es porque todas las personas podemos hacerlo, porque cada uno de nosotros sabe algo que los demás no, y porque solos vamos más rápido pero juntos llegamos más lejos.

Compartir conocimiento no es dar una charla motivacional, no al menos para mí. Es analizar, evaluar, medir resultados y ofrecer soluciones. En el medio de todo lo que hacemos hay dinero, entonces ¿por qué gastarlo solamente en palabras de motivación cuando podemos invertirlo en acciones con resultados reales?

Compartir conocimiento tampoco es algo fácil, menos cuando el famoso Síndrome del Impostor se aparece repentinamente, pero ¿sabés qué le gana a eso?, el agradecimiento de quienes estás ayudando con tus conocimientos, los resultados de su inversión económica y sobre todo ver cómo ahora son ellos los que saben tanto cómo vos.

En simples palabras, decidí compartir mis conocimientos cuando me di cuenta del impacto y del valor que tenían sobre las demás personas.

Ya lo dijo Alain Ducasse:

Lo mejor que se puede compartir es el conocimiento

Si llegaste hasta acá quiero que sepas que si yo pude, seguramente vos también puedas y tengas algo para compartir. ¿Te animás a contarme qué podría llegar a ser?

Gracias.